Recursos de Venta | Parte 6: Deudas Financieras y Líneas de Crédito

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Hemos avanzado bastante desarrollando los 5 puntos anteriores. Ahora podemos monitorear el negocio de manera más estructurada y prever con tiempo las acciones a tomar.

Si el ejercicio del flujo de caja nos permitió detectar necesidades de fondos en los meses donde los ingresos no cubren los egresos, entonces ahora debemos buscar fuentes de financiamiento para cubrir dichas necesidades.

Por naturaleza, tenemos dos fuentes de financiamiento: una de ellas es la propia o interna, es decir, el dueño o accionista inyecta dinero en el negocio en forma de incremento de capital o préstamo (con intereses). La otra fuente es la externa, y ahí tenemos una variedad de opciones.

De ser posible, debemos agotar la primera opción sin afectar los recursos personales en esta etapa de crisis. Hay que evitar endeudarnos más de lo necesario.

Si ya utilizamos toda nuestra fuente interna, tendremos que evaluar las opciones a las cuales podemos tener acceso. Por ejemplo una microfinanciera, o una cooperativa, posiblemente un banco. Otra opción pueden ser familiares o amigos que estén dispuestos a ayudarnos a cambio de un compromiso de devolución bajo términos adecuados en cuanto a tasa y plazo.

Si no podemos acceder a ningun opción mencionada previamente, debemos recurrir a las entidades financieras que ahora mismo tienen fondos con garantías del gobierno (BCRP y MEF), lo cual facilita la obtención de algún tipo de crédito nuevo (dependiendo del giro del negocio) para poder sobrellevar la crisis y no romper la cadena de pagos (planillas, proveedores).

Si vamos a escoger esta opción, lo primero que debemos tener claro es si ya tenemos una línea de crédito con ellos y que servicios usamos (recaudación, pago de AFP, impuestos, planillas, etc). Con esto así, la entidad sabrá que tiene un registro de nuestro negocio y de alguna de las operaciones que llevamos a cabo a través del sistema financiero.

Si contamos una línea de crédito, debemos tener claro con qué líneas contamos, cuánto hemos usado de cada una y cuáles son las disponibles y sus importes.

Un dato: las líneas de crédito se renuevan todos los años. Dependiendo del desempeño de la empresa, se pueden ampliar o reducir (tipo de línea y/o importes). Para ello, los bancos o cajas financieras solicitan información sobre nuestros resultados y muchas veces se guían del PDT DJ, ósea la declaración anual del IR, que debido a esta coyuntura se postergó hasta junio-julio de 2020. 

Consideremos que las estas entidades van a solicitar información que les permita tomar decisiones sobre cuánto pueden prestarnos y bajo qué términos. Por ello, tiene mucho peso el desarrollo de los 5 puntos anteriores y estar preparados para lo que las entidades financieras puedan solicitarnos.

Revisando las deudas financieras y nuestra proyección de flujo de caja, podremos identificar si será necesario renegociar nuestras obligaciones financieras. Aquí el principal criterio es cuánto puedo pagar sin ajustar la operación de la empresa. Esto será necesario sólo si hemos agotado nuestras negociaciones con proveedores y clientes (es decir, extender plazos de pago o acortar plazo de cobranza).

Alargar el pago de un crédito (extender su plazo) puede ser una opción para disminuir las cuotas (si las hubiera). También podríamos reestructurar el cronograma de pagos y negociar, en la medida de lo posible, una cuota balloon (un porcentaje del crédito se deja para la cuota final) y así disminuir en número de pagos mensuales.

También podríamos empaquetar nuestras deudas de corto plazo como los pagarés en un nuevo crédito con pago en cuotas para los próximos años, pero esto nos deja sin margen de maniobra para asumir nuevos créditos (de corto y de largo plazo).

Negociar un nuevo crédito con un período de gracia de algunos meses es otra alternativa, para darnos un respiro y no afectar la operación mientras buscamos levantarla y llevarla a esta nueva realidad. En otro caso, podemos combinar todo lo antes mencionado. 

Estas negociaciones no sólo se hacen con la entidad financiera con la que trabajamos. Podríamos migrar a otras; es normal que dichas entidades compran deudas de otros bancos y vuelvan a hacer cronogramas con plazos más extendidos.

Recuerda: este análisis debe tener siempre como criterio nuestra capacidad de pago, sin ajustar la operación del negocio. Si esto no es posible, es mejor no sobre-endeudarse.

Si no tenemos líneas de crédito aprobadas, debemos tener lista la información que las entidades financieras van a requerir, como por ejemplo los PDT-DJ de los años anteriores, y los 5 puntos anteriores que hemos trabajado. Además de dichos datos, van a revisan el perfil crediticio de sus directivos o funcionarios y es muy importante saber nuestra calificación como personas naturales, esto podemos encontrarlo en la página web de la SBS: https://bit.ly/3m1MQRI

Hay que tener a la mano la lista de clientes con sus respectivas ventas de los últimos años y la lista de proveedores con las compras de los últimos años (desarrollados en los 5 puntos anteriores).

No debemos olvidarnos de la presentación de la empresa. Se debe explicar cómo funciona nuestro negocio, cómo vendemos, a quién vendemos y cómo nos abastecemos, quién nos abastece y bajo qué términos.

Aquí entra en juego el flujo de caja y las proyecciones que hicimos dentro de los primeros 5 pasos: 

Hay que tener claro qué tipo de línea o líneas de crédito vamos a necesitar, qué importes para cada una y cuáles serán los términos que mejor nos funcione en estas circunstancias. Por ejemplo, los plazos, la forma de pago, quizás la tasa y  la moneda y alguna otra variable que sea relevante para nuestro negocio, pero sobre todo, mirando el flujo de caja, cómo vamos a poder devolver el dinero y en cuánto tiempo.

Todo lo que acordemos con la entidad financiera lo debemos trasladar al flujo de caja para tener mapeado su ingreso y además todos los egresos que podremos cumplir.

No descuidemos la posibilidad de tener en la entidad financiera un socio para desarrollar nuestro negocio. Esta es una oportunidad que se presenta con garantía del gobierno. Demostremos que podemos ser sujeto de crédito y así apalancarnos (apoyarnos) con los recursos de las entidades financieras.

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